CMOS y cámaras compactas, una relación con futuro

Era un de las tendencias sobre las que se venía hablando desde hace tiempo pero que no acababan de cuajar: la progresiva entrada de sensores de tipo CMOS en las cámaras compactas que, hasta ahora, han empleado mayoritariamente captores de tipo CCD.

Sensor CMOS de formato completo. © Canon

Sensor CMOS de formato completo. © Canon

Vistas las limitaciones de estos CCD en los que se refiere a control del nivel de ruido cuando se combina una sensibilidad media, un sensor diminuto y una resolución excesiva -diversos estudios aseguran que sobre esta última cuestión habría mucho que hablar- los CMOS que tan buenos resultados dan en las SLR aparecen como la gran esperanza blanca.

Casio fue una de las primeras en probar suerte con la Exilim F1. Canon también ha hecho lo propio con la PowerShot EX1 IS y ahora llega el turno de la interesante Ricoh CX1. Sin embargo, todas ellas parecen incidir más en la velocidad de disparo que en la mejora que este tipo de tecnología puede suponer para la calidad final de la imagen al trabajar con valores ISO elevados.

De hecho, a la espera de ver lo que la nueva Ricoh es capaz de hacer -promete maravillas en cuanto a rango dinámico- comparando la SX1 de Canon con su hermana CCD, la SX10 llegamos a la conclusión de que las diferencias eran muy sutiles.

Una prueba que nos hace pensar que, como ha ocurrido hasta ahora con los SuperCCD de Fujifilm, el reducido tamaño del sensor limita mucho los teóricos beneficios de esta tecnología.

Seguro que a lo largo de este 2009 vemos más movimientos en esta dirección CMOS, aunque habrá que activar el modo excéptico ante quienes prometen convertir este cambio en la panacea definitiva para las cámaras compactas.

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